Si utilizas con generosidad estas piezas elegantes y misteriosas, descubrirás sus innumerables virtudes, como que amplían el espacio, duplican la luz y son muy decorativos.
Los espejos reflejan la realidad fielmente, pero al mismo tiempo nos permiten imaginar un mundo de fantasía al otro lado. Esta característica dota de un espacio especial a los espejos, un complemento decorativo que ha cobrado gran importancia en los últimos años. Atrás quedan los tiempos en los que era un objeto meramente funcional.
Su presencia ya no se reduce a una sola estancia sino que es habitual encontrar uno o varios espejos en cualquier punto de la vivienda. Se puede optar por decorar un ambiente sólo con un diseño de grandes dimensiones, aunque una acertada mezcla de espejos de acabados y medidas diferentes propicia la creación de atmósferas realmente personales.
Junto a los modelos vintage, que son una apuesta segura para lograr que un espacio destile elegancia, puede situarse diseños de marcado carácter contemporáneo y personalizados como aquellos que reproducen siluetas humanas o de diferentes objetos. Asimismo existen espejos que se caracterizan por aunar materiales de gran modernidad con acabados que rinden homenaje a modelos históricos. En este sentido podemos encontrar diseños con molduras de estilo barroco o con marcos dorados, habituales del neoclásico y que gozaron de gran popularidad en el siglo XIX. También la madera labrada, llevada a cabo por artesanos durante años sigue siendo una fuente de inspiración.
Además de su función ornamental no hay que olvidar que los espejos son elementos muy útiles para ampliar visualmente una estancia. Si se orientan de manera acertada según la disposición de las ventanas, potencian la luminosidad, y por tanto consiguen crear sensación de amplitud.Ya hemos hablado muchas veces sobre la pintura como forma decorativa. Ahora os propongo una nueva idea que esta muy de moda. La pintura decorativa es una fórmula fácil, efectista y económica de transformar cualquier estancia de la casa.
Estarcidos y acabados texturados son dos de las técnicas que vuelven en decoración y además, nos ofrecen la posibilidad de convertir una ambiente impersonal en atmósferas con gran poder decorativo. La aplicación de la pintura ornamental ya no tiene que limitarse únicamente a las paredes, sino que puede aplicarse en pavimentos de madera y otros materiales, a los muebles más diversos, como cómodas, chifoniers, armarios o incluso las pantallas de las lámparas.
Antes de decirte por cualquier dibujo, piensa si quieres dar un toque informal o sobrio. Los motivos geométricos, como las rayas, cuadrados, círculos, rombos... serán sin duda un acierto seguro. Sin embargo si te decides por darle un toque más desenfadado al ambiente, una buena idea es apostar por motivos caligráficos, bien con letras sueltas o frases, o más imaginativos como nubes, flores, mariposas o incluso siluetas humanas. También puede resultar muy alegre para un cuarto infantil llenarlo de fantasía con hadas, gnomos, sirenas o cualquier personaje que las haga vivir en un cuento.
Por otro lado, los trampantojos constituyen una solución elegante y clásica. Como dice la palabra, producen una trampa ante el ojo y crean la ilusión de que los paisajes pintados son reales, con lo que se gana al mismo tiempo la sensación de profundidad espacial, debido a que el muro aparenta una ventana abierta al exterior. Y si quieres convertirlo en un recurso actual. en lugar de apostar por estampas bucólicas, decántate por escenas urbanas con altos rascacielos.
Otro punto destacado son las grandes posibilidades que oferta el mercado en cuanto a tonalidades cromáticas. Las firmas de pintura tiene una paleta cromática muy amplia de más de mil colores, pero también puedes encargarlos de forma personalizada, hasta se puede solicitar que que copien el tono exacto de una tapicería o mueble.
Lo último son las variedades magnéticas sobre las que se pueden pegar imanes, o las de pizarra donde podrás dejar volar tu imaginación con dibujos o dedicatorias en tiza.
Los espejos reflejan la realidad fielmente, pero al mismo tiempo nos permiten imaginar un mundo de fantasía al otro lado. Esta característica dota de un espacio especial a los espejos, un complemento decorativo que ha cobrado gran importancia en los últimos años. Atrás quedan los tiempos en los que era un objeto meramente funcional.
Su presencia ya no se reduce a una sola estancia sino que es habitual encontrar uno o varios espejos en cualquier punto de la vivienda. Se puede optar por decorar un ambiente sólo con un diseño de grandes dimensiones, aunque una acertada mezcla de espejos de acabados y medidas diferentes propicia la creación de atmósferas realmente personales.
Junto a los modelos vintage, que son una apuesta segura para lograr que un espacio destile elegancia, puede situarse diseños de marcado carácter contemporáneo y personalizados como aquellos que reproducen siluetas humanas o de diferentes objetos. Asimismo existen espejos que se caracterizan por aunar materiales de gran modernidad con acabados que rinden homenaje a modelos históricos. En este sentido podemos encontrar diseños con molduras de estilo barroco o con marcos dorados, habituales del neoclásico y que gozaron de gran popularidad en el siglo XIX. También la madera labrada, llevada a cabo por artesanos durante años sigue siendo una fuente de inspiración.
Además de su función ornamental no hay que olvidar que los espejos son elementos muy útiles para ampliar visualmente una estancia. Si se orientan de manera acertada según la disposición de las ventanas, potencian la luminosidad, y por tanto consiguen crear sensación de amplitud.Ya hemos hablado muchas veces sobre la pintura como forma decorativa. Ahora os propongo una nueva idea que esta muy de moda. La pintura decorativa es una fórmula fácil, efectista y económica de transformar cualquier estancia de la casa.
Estarcidos y acabados texturados son dos de las técnicas que vuelven en decoración y además, nos ofrecen la posibilidad de convertir una ambiente impersonal en atmósferas con gran poder decorativo. La aplicación de la pintura ornamental ya no tiene que limitarse únicamente a las paredes, sino que puede aplicarse en pavimentos de madera y otros materiales, a los muebles más diversos, como cómodas, chifoniers, armarios o incluso las pantallas de las lámparas.
Antes de decirte por cualquier dibujo, piensa si quieres dar un toque informal o sobrio. Los motivos geométricos, como las rayas, cuadrados, círculos, rombos... serán sin duda un acierto seguro. Sin embargo si te decides por darle un toque más desenfadado al ambiente, una buena idea es apostar por motivos caligráficos, bien con letras sueltas o frases, o más imaginativos como nubes, flores, mariposas o incluso siluetas humanas. También puede resultar muy alegre para un cuarto infantil llenarlo de fantasía con hadas, gnomos, sirenas o cualquier personaje que las haga vivir en un cuento.
Por otro lado, los trampantojos constituyen una solución elegante y clásica. Como dice la palabra, producen una trampa ante el ojo y crean la ilusión de que los paisajes pintados son reales, con lo que se gana al mismo tiempo la sensación de profundidad espacial, debido a que el muro aparenta una ventana abierta al exterior. Y si quieres convertirlo en un recurso actual. en lugar de apostar por estampas bucólicas, decántate por escenas urbanas con altos rascacielos.
Otro punto destacado son las grandes posibilidades que oferta el mercado en cuanto a tonalidades cromáticas. Las firmas de pintura tiene una paleta cromática muy amplia de más de mil colores, pero también puedes encargarlos de forma personalizada, hasta se puede solicitar que que copien el tono exacto de una tapicería o mueble.
Lo último son las variedades magnéticas sobre las que se pueden pegar imanes, o las de pizarra donde podrás dejar volar tu imaginación con dibujos o dedicatorias en tiza.
Si estas pensando en comprar un sofá, puedes elegir un modelo estándar, a medida o a la carta. A continuación os comento cual es el que más interesa y los precios.
En los modelos estándar, es muy usual que el el fabricante nos ofrezca algún tipo de cambio en el modelo, como pueden ser las patas el tipo de brazo o el tipo de tela, sin aumentarnos el precio o el plazo de entrega.
Si lo que te deseas es un modelo con un diseño propio, lo que estás buscando es un sofá a medida, aunque también tienes la posibilidad de crear tu sofá ideal modificando modelos sobre el catalogo. Es aquí donde entran los modelos a la carta.
Las ventajas de escoger un sofá estándar son el precio y el tiempo de entrega. Una buena opción son los modulables ya que se adaptan mejor al espacio. Si lo quieres a la carta, hay que ceñirse al modelo y variaciones que ofrezca el fabricante, además sale más económico que hacerlo a medida (ya que puede subir hasta un 20% más). Aunque puedes encontrar tiendas-taller que no cobran por ello.
En cuanto a las medidas, puedes elegir entre por ejemplo el largo, el fondo de los asientos o la altura de los respaldos. Si es de madera maciza de hasta 2 metros, nos puede costar entre 800 y 1.000 euros. Si es hasta 3 metros, con chaise longue, desde 1.600 euros, y si es reclinable, desde 100 euros más, al que hay que añadir un mecanismo metálico, y la tela de 11 a 15 metros aproximadamente va aparte.
En lo referente al relleno, podemos encontar muchos tipos en el mercado, casi siempre dentro del precio. Lo mejor es probarlo, pero recuerda que la base debe ser más firme, (gomaespuma, poliéster de 35-40 kg/m al cubo, látex. viscolásticas...) y el respaldo más mullido (fibra hueca, pluma con mezcla...).
En los modelos estándar, es muy usual que el el fabricante nos ofrezca algún tipo de cambio en el modelo, como pueden ser las patas el tipo de brazo o el tipo de tela, sin aumentarnos el precio o el plazo de entrega.
Si lo que te deseas es un modelo con un diseño propio, lo que estás buscando es un sofá a medida, aunque también tienes la posibilidad de crear tu sofá ideal modificando modelos sobre el catalogo. Es aquí donde entran los modelos a la carta.
Las ventajas de escoger un sofá estándar son el precio y el tiempo de entrega. Una buena opción son los modulables ya que se adaptan mejor al espacio. Si lo quieres a la carta, hay que ceñirse al modelo y variaciones que ofrezca el fabricante, además sale más económico que hacerlo a medida (ya que puede subir hasta un 20% más). Aunque puedes encontrar tiendas-taller que no cobran por ello.
En cuanto a las medidas, puedes elegir entre por ejemplo el largo, el fondo de los asientos o la altura de los respaldos. Si es de madera maciza de hasta 2 metros, nos puede costar entre 800 y 1.000 euros. Si es hasta 3 metros, con chaise longue, desde 1.600 euros, y si es reclinable, desde 100 euros más, al que hay que añadir un mecanismo metálico, y la tela de 11 a 15 metros aproximadamente va aparte.
En lo referente al relleno, podemos encontar muchos tipos en el mercado, casi siempre dentro del precio. Lo mejor es probarlo, pero recuerda que la base debe ser más firme, (gomaespuma, poliéster de 35-40 kg/m al cubo, látex. viscolásticas...) y el respaldo más mullido (fibra hueca, pluma con mezcla...).
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