En esta ocasión, nos referiremos a algunas estufas. Existen de varios tamaños para el mismo concepto. Actualmente, podemos adquirir estufas de fuego continuo que están diseñadas por problemas de espacio sin perder el espectáculo visual que ofrece el fuego. Ofrecen una gran boca para poder cargar piezas grandes de leña lo que ayuda a generar una autonomía relativa muy interesante.
La plancha superior, con anillos extraíbles, son de fundición vitrificada. El hogar es de piedra refractaria de alto rendimiento térmico y los tiradores son de metal macizo. Fabricada en piedra volcánica pulida y hierro fundido, el diseño de esta estufa apela en su forma a las líneas clásicas.
El sencillo sistema de regulación de aire, instalado frontalmente en la puerta del cenicero permite controlar la combustión de manera eficaz, obteniendo de esta forma la aportación de calor necesario en cada momento.
Las propiedades térmicas de la piedra volcánica permiten la cesión de calor de una forma agradable y uniforme, incluso después de haberse extinguido el fuego. Tener una estufa a leña y contemplar el fuego produce un placer singular.
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