jueves, 16 de diciembre de 2010

COMO PASAR ESTA NAVIDAD



EL ARBOL DE NAVIDAD
La belleza de la tradición y la naturaleza, unidas para dar mayor relevancia a unas fechas ya de por sí especiales.Algunos datos interesantes y muy buenas ideas para el nuestro árbol de Navidad:

Decorar el Arbol de Navidad:
Según las fuentes centro-europeas esta tradición tiene su origen en la antigua creencia germana.
La costumbre de adornar el árbol de Navidad con distintos elementos cambia mucho de país en país.
Según las fuentes centro-europeas esta tradición tiene su origen en la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol, lo que explica la costumbre de poner a los árboles luces, bolas y campanillas.
Quienes afirman que Martín Lutero fue quien introdujo la costumbre de adornar el árbol con manzanas, intentan recrear la imagen de unos árboles helados, en invierno, reluciendo bajo la luz de las estrellas, colgando pequeñas velas de sus ramas.
Algo parecido explica la tradición latina que asocia al Arbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio del Jardín del Edén con fruta y las decoraciones nos recordarían esas gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad con Dios.
Pero la realidad es que entre los festejos de Navidad ha ido tomando cuerpo la costumbre de instalar en los hogares un pequeño pino o abeto, que se adorna con infinidad de esferas de cristal o plástico de brillantes colores y de diversas figuras, así como gran cantidad de luces que aumentan su esplendor, y hasta en algunos casos, a todo el conjunto se le da un aspecto nevado para simbolizar el invierno.


Propuestas para decorarlo
Tres alternativas para decorar tu árbol de Navidad.
Elige tu estilo y... manos a la obra.

Clásico
El árbol clásico de Navidad debe ser un pino o abeto, de ser posible en forma cónica, plantado en una gran maceta con tierra fina, o algún tipo de soporte similar.
Una vez tengamos esto, no deben faltar los detalles más tradicionales; la estrella coronando el árbol y los regalos a sus pies.Las ramas deben estar repletas de adornos de colores, pero para obtener un decorado clásico se obtienen grandes resultados utilizando motivos dorados o plateados. Si somos capaces de generar una misma escala cromática con los adornos del árbol, habremos conseguido una decoración sobria y muy clásica.
Como ejemplo basta con utilizar bolas, estrellas, regalitos y hasta algún que otro lazo, de color dorado.
Un bonito detalle son los paquetitos de regalos en miniatura, imitando a los que de verdad se van a colocar debajo de él la noche del 24, dan un detalle de clasicismo a cualquier tipo de árbol.
Algunas variantes del árbol clásico permiten la inclusión de un buen conjunto de luces de colores que lo rodeen y den a éste un aspecto espectacular en la oscuridad. Pero no debemos abusar de los colores, de igual modo que nos hemos decididos por dorados, platas o rojos en la decoración de los adornos, del mismo modo debemos hacerlo con la iluminación.

Infantil
La decoración de un Arbol de Navidad infantil podemos plantearla bajo la necesidad de intentar que los más pequeños de la casa lo decoren a su gusto.
Lo ideal, más entrañable e incluso lo más barato es provocar que los más pequeños realicen los adornos con sus propias manos.
Sirven todo tipo de cosas, desde los dibujos del colegio, pasando por sus propios muñecos (ositos de peluche y muñequitas de trapo) e incluso llegando a pequeños adornos de plastilina o papel glacé. El papel glacé permite crear de manera muy sencilla estrellas o pequeños abetos que pueden colgarse de las ramas.
También la típica estrella de la copa puede ser realizada con cualquier papel pegado a un cartón y coloreado en amarillo. El mismo procedimiento se puede realizar para crear campanas.
Para imitar esas tiras llenas de flecos que se suelen poner por las ramas, se pueden realizar eslabones de papel como si de una cadena se tratase y pintar cada eslabón de un color distinto. Es un ejercicio que muchos niños realizan en sus colegios.

Llamativo
En esto de las tradiciones no hay nada mejor que renovarse. Para todos aquellos cansados del típico Arbol de Navidad verde, les aconsejamos que se compren uno sintético, de esos plegables que no ocupan nada y pueden servir para años sucesivos.
De este tipo se pueden encontrar de varios colores, gris, oro, blanco, los cuales resultan muy espectaculares en su decoración.El rojo, color muy navideño, ofrece muy buenos resultados para realizar una decoración atractiva, pero sin que pequemos de falta de sobriedad. Es muy sencillo encontrar adornos de este color, y con su utilización conseguiremos un árbol muy luminoso y llamativo incluso sin la necesidad de utilizar luces artificiales.
Pero si de verdad queremos llamar la atención podremos hacerlo con grandes lazos atados a las ramas. Los lazos con motivos navideños de cualquier color y cualquier tamaño resultan muy espectaculares. Hay cintas para realizar lazos de todos los tamaños de infinitos colores, motivos y materiales.



CENTROS DE MESA Y PLANTAS
Las flores son esenciales para llegar a conseguir una decoración especial para estas fechas.
El muérdago, el acebo, y la Flor de Pascua son los perfectos anfitriones de la decoración navideña.

Algunos consejos:
La decoración Navideña con centros y plantas nos ofrece un añadido más para conseguir un ambiente festivo, la mezcla de los olores con los colores y los sabores.
Las flores son esenciales para llegar a conseguir una decoración especial para estas fechas. Pero hay que tener en cuenta que la Navidad no es una buena época para ellas. Por ello el muérdago, el acebo, y la Flor de Pascua son los perfectos anfitriones de la decoración navideña.
Por otro lado la decoración Navideña con centros y plantas nos ofrece también un añadido más para conseguir un ambiente festivo, la mezcla de los olores con los colores y los sabores.
El olor a musgo nos traslada a la infancia y concentra las humedades del bosque, el aroma del pino fresco desprendiendo resina, el olor del corcho, etc.
Cualquier bosque invernal esconde tras de sí los signos de identidad de la Navidad que pueden ser utilizados para ornamentar nuestros hogares: las piñas, el acebo y el musgo nos acompañarán como uno más de la familia.
La Navidad nos pide los puntos de color que ofrece el bosque invernal: rojos vivos, verdes oscuros y brillantes.

Lo imprescindible:
Aquello que no puede faltar en tu centro o arreglo de Navidad. Flores, frutos, velas, etc.

El muérdago
El Phoradendron Leucarpum, que es el nombre técnico del muérdago, es una planta situada especialmente en las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Existen de 700 a 1400 especies divididas en distintas familias. El muérdago navideño, el más conocido, pertenece a un grupo de plantas vasculares, con flores que parasitan el tallo de árboles y arbustos.
Crece en manojos en los troncos y de ellos obtiene el sustento para vivir.Puede comprarse ya cortado, en mercadillos navideños, a menudo formando parte de pequeños ramos con otras plantas siempre verdes, y casi siempre con bayas.
Las leyendas sobre el muérdago son incontables; una francesa, relata que en su origen la planta era un árbol, pero habiendo sido utilizada para construir la cruz donde Jesucristo sufrió su martirio y muerte, Dios la condenó a no obtener jamás un lugar en la tierra y a tener que depositar sus raíces sobre otros árboles. Otra dice que un beso dado bajo un pequeño ramillete verde de muérdago tiene la facultad de concedernos el amor eterno y toda la suerte que necesitamos para comenzar el año que entra.


El acebo
El acebo es un arbusto protegido en gran parte de Europa, precisamente por la depredación salvaje a que fue sometido con objeto de servir de decoración en las fiestas navideñas.Vive en diferentes tipos de suelos y puede soportar incluso los climas más secos. Puede encontrarse entre bosques de robles o pinos. Su crecimiento es muy lento y puede vivir más de cien años. Los frutos maduran en otoño y de ellos se alimentan roedores, herbívoros y aves.
Su combinación de colores, rojo y verde con hojas perennes y bayas, es un símbolo de fertilidad y vigor y se asocia a los buenos comienzos. Su introducción como planta navideña se atribuye a la Iglesia Católica, en un intento por sustituir al pagano muérdago y pronto la costumbre de su utilización se generalizó en toda Europa y en Norteamérica.

Los frutos secos
El otoño y el comienzo del invierno es el típico periodo de recolección. Basta con acercarse hasta un monte cercano o pasear por cualquier jardín para encontrar gran diversidad de frutos que podremos utilizar en la creación de centros navideños. Bellotas, hayucos, avellanas o incluso castañas disponen de personalidad suficiente para crear un ambiente especial sobre la mesa. Su color y, en muchos casos su textura brillante, generan contrastes muy especiales en combinación con velas, platos y flores. Además son un elemento muy sencillo de conseguir y muy barato.

Las piñas
Los pinos, junto a sus piñas, simbolizan regeneración e inmortalidad. Esta puede ser la razón por la que son un elemento tan utilizado durante estas fechas. No hay casa navideña que se precie de estar bien decorada que no disponga de piñas como elemento especial de ornamentación.
Junto a frutos secos y velas proporcionan un ambiente muy especial. Es muy sencillo encontrarlas pintadas de oro y plata y su utilización resulta casi imprescindible a la hora de generar centros de mesa o incluso en la decoración del Árbol de Navidad.

Las velas
En decoración son un símbolo que se asocia a la purificación, iluminación y fecundación. O sea, iluminar y fecundar nuestras ilusiones y esperanzas.
Junto a las plantas y los frutos secos son los ornamentos imprescindibles en la Navidad. Cuando están encendidas, las flores se vuelven traslúcidas y junto con vajillas y cristalerías adecuadas, generan un amalgama de brillos y destellos que hacen tremendamente especial la decoración de cualquier mesa o estancia por muy modesta que sea.
En la época navideña se utilizan con motivos dorados o plateados e incluso en combinaciones de ambos. También se pueden encontrar de distintos tamaños y colores, que pueden combinarse, e incluso comienzan a aparecer con olores especiales de fragancias especialmente Navideñas.

Las combinaciones artificiales
Hoy en día se pueden adquirir todo tipo de centros de plantas y arreglos florales navideños generados artificialmente. Desde arbolitos de diseño, pasando por bonsáis dorados y llegando a todo tipo de coronas y guirnaldas.
Son una solución rápida y muy versátil de combinar varios estilos, y sobre todo permiten ser reutilizados en posteriores años.Estas combinaciones artificiales, que podríamos denominar como la bisutería floral, ofrecen grandes resultados acompañadas de velas y frutos secos naturales.


Propuestas: Ideas para decorar tu casa con arreglos florales y centros de mesa.

Velas y frutos secos
Es simple pero muy llamativo y versátil. Basta con colocar una vela dorada o plateada en sobre un cuenco o plato del mismo color.
Alrededor pueden colocarse todo tipo de frutos secos e incluso piñas. Es un adorno ideal para espacios reducidos y puede ser repetido cada pocos tramos de mesa.
No es necesario que la vela sea grande, basta con un velón grueso y un plato bajo de cierta estética. Hay que tener en cuenta que conviene situar los frutos secos separados de la base de la vela; si no pueden mancharse e incluso quemarse.

Coronas y velas doradas
Situar dos velas doradas en el centro de una corona de cualquier origen, puede ser incluso artificial, también es una buena idea para generar un pequeño centro de mesa. Tan sólo es necesario disponer de dos velas de distintos tamaños, y de una pequeña corona de guirnaldas o muérdago para fabricar uno de los centros más comunes de la Navidad. Los verdes y los dorados generan un ambiente agradable, cálido y muy navideño.

Guirnaldas simulando una corona
Este es el adorno perfecto, para las fechas navideñas; pensado para ser admirado de frente. Se trata de un sencillo ramo de guirnaldas formado por un grupo de ramas de verde perenne, junto con espigas y alazores secos que puede servir para presidir el centro de la mesa. Se pueden adquirir también de origen artificial, de colores dorado o plateado ofrece resultados muy espectaculares junto a una Flor de Pascua o incluyendo frutos secos en su hueco interior.

El recurso de las flores y las hojas secas
Para realizar un pequeño centro se pueden unir pequeños montones de hojas secas de distintos colores. Pueden ser púrpuras y dorados, combinados con fucsias e incluso granates. Tirados sobre la mesa de manera desordenada y junto a cualquier otro elemento navideño, por ejemplo una piña plateada o una vela grande de color cera natural, puede realizar la función de galaxia de flores secas. Es una combinación llamativa y muy exótica, pero que genera un ambiente festivo a la vez que romántico y atrevido.
Todas las flores secas para emplear en este centro pueden adquirirse sin dificultad durante el período navideño. Además suelen encontrarse empaquetadas y perfumadas, lo cual añade mayor carácter al centro.

Corona artificial con frutos secos y dulces
Frutas de bellos colores y lustrosos frutos secos pueden componer un hermoso adorno navideño si los colocamos dentro de una corona artificial. Es un opción sencilla y muy aparente para colocar los dulces navideños e incluso para situar frutas escarchadas y turrón.

Arboles de diseño
Los árboles de diseño utilizan de manera muy original las flores secas y los ornamentos artificiales. Se pueden encontrar junto con bolas doradas o plateadas y en macetas de cerámica, cuencos metálicos o en otro tipo de recipientes adecuados a la época festiva. Cualquiera arbolito artificial, aunque no sea puramente navideño, se puede adornar con cintas o lazos festivos y añadirle adornos para que muestre un carácter ideal en mesas sofisticadas. Muchos, incluso simulan bonsáis con frutos y combinan las bolas con piñas doradas.


Pétalos sin control
La llamativa combinación de blanco inmaculado, rojo vivo y una gama completa de rosados constituye una versión novedosa y atractiva de la tradicional unión navideña del rojo y el blanco. Puede ser éste el centro ideal para una mesa tipo buffet, o una mesa muy romántica. Basta colocar con desorden los pétalos sobre la mesa, las formas y el contraste del color hacen todo lo demás.

Ramilletes naturales
Para estos ramilletes son necesarios dos tipos distintos de follaje. Además del abeto se pueden usar ramitas de conífera enana o de seto, tales como el Ciprés de Leyland o macrocarpa, o cualquier otro tipo de hoja que combine.
Velas y cintas a juego, y ramitas de acebo artificial completarán el conjunto. Si se pudiera conseguir acebo natural tanto mejor. Cuando empiecen a marchitarse, es una gran idea sustituirlas por flores frescas, con lo que se podrá sacar partido doblemente a su esfuerzo y servirá como un adorno floral para el resto del año.

Corona de hojas secas doradas
Para Navidad, una composición atractiva se consigue con finas ramas verdes de boj o ciprés, junto con bayas rojas o ramitas de muérdago y todo tipo de frutos secos. Pero aún mejor resulta la utilización de hojas secas tratadas, que han sido previamente esmaltadas y pintadas de púrpura u oro. El toque de distinción sería situar una vela, o varias, en su parte central, con lo que la combinación ganará en luminosidad.

Corona de piñas y lazos de color
Esta bella composición, ideada para ser situada delante del anfitrión, combina la delicadez de los lazos de color, la elegancia de las velas y la vivacidad de la forma y el color de las piñas tratadas. A pesar de que el brillante color de las cintas doradas o plateadas enfatice aún más el carácter navideño del motivo, podrían utilizarse de igual modo con flores de color rosa, amarillo pálido o blanco durante el resto del año. De ser así, tan sólo es necesario cambiar el color de las velas en función del color elegido de la flor.

Carácter otoñal con hojas secas
La corteza de madera y las hojas secas naturales, sin tratar, son adecuados complementos para mesas con toques minimalistas y otoñales. En adornos navideños se pueden utilizar para simular un anillo o una pequeña corona para las mesas auxiliares. Esta combinación ofrece la posibilidad de utilizar la corteza de la madera como una bandeja simulada y construir alrededor un pequeño ambiente otoñal. Es ideal para presentar los dulces o incluso para situar el centro en mesas auxiliares adornadas para la ocasión.

Piñas y frutos secos
Las piñas engarzadas con alambres unidas a ramas de coníferas y pintadas de color oro o plata ofrecen una tremenda versatilidad. Si a la composición le añadimos pequeñas cintas de color rojo, nueces e incluso pequeñas bolas de Navidad, el conjunto ofrece una visión muy navideña.
Este centro confiere a la mesa un destello sutil y tridimensional, en vez de constituir una capa uniforme que lo cubra todo por igual. Para dar el último toque se le puede añadir una vela en su zona central.

Centro de frutas
Las frutas, y especialmente las manzanas, simbolizan la abundancia de todo lo indispensable, en lo material y en la salud. Las abuelas que sirven manzanas asadas en Navidad a su familia están siguiendo una viejísima tradición mágica sin saberlo. Por eso la utilización de frutas naturales, en este caso no es conveniente utilizar fruta artificial, como apoyo a la decoración de la mesa resulta muy adecuado.



EL PESEBRE
Tradiciones, mitos, distintas culturas, ceremonias paganas, sin lugar a dudas, grandes diferencias, pero con un denominador común, el llamado Belén, Nacimiento o Pesebre.

Algunos datos interesantes y buenas ideas para el árbol de Navidad:
Para hacer un pesebre:
Ya cercanas las fechas navideñas, no estaría de más ir recopilando todo aquello que se quiere incluir en el Belén.

¿Qué se necesita para armar un pesebre?
Ya cercanas las fechas navideñas, no estaría de más ir recopilando todo aquello que se quiere incluir en el Belén. Tradicionalmente, éste se prepara la víspera de Navidad y se desmonta después de la fiesta de los Reyes Magos, aunque en algunos lugares como México, suele colocarse el 16 de diciembre y retirarse el día de la Candelaria (2 de febrero), eso sí, el Niño Jesús no aparece en su pesebre hasta el día 24, y los Reyes, hasta el día 6 de enero. Tampoco es extraño encontrar belenes en los que son representadas las escenas que en su día se sucedieron hasta el momento del nacimiento, por ejemplo, la búsqueda de la posada, la llegada al portal, la adoración de los Reyes Magos, de los pastores, etc.Por supuesto, dependiendo del Belén que se pretenda realizar, será necesario contar con más espacio o menos, y deberá estar ubicado en un sitio u otro, eso sí, que éste sea especial. No cabe duda de que sus tamaños pueden variar, al igual que sus formas y los materiales de los que están hechos (madera, cerámica, papel, porcelana o plata son algunos ejemplos), pero la gran diferencia aparece cuando pertenecen a casas particulares o son de exposición pública, ya sea en portales, calles, iglesias o escuelas (sin contar con los belenes vivientes, tradicionales y, sobre todo, muy divertidos de cara a los más pequeños). De una forma u otra, en la mayoría de las ocasiones se trata de verdaderas obras de arte.
A pesar de que las figuras imprescindibles en un Belén son San José, la Virgen María y el Niño Jesús, se pueden incluir tantas como se quiera, aunque unas son más típicas que otras.


Propuestas: Cinco ideas para armar el pesebre de esta Navidad. ¿Cuál eliges?

El Pesebre básico
Sin duda alguna es la propuesta ideal para aquellas personas que, o bien carecen de un espacio amplio donde ubicarlo, o bien no les gusta que su Belén ofrezca un aspecto excesivamente recargado y prefieren un estilo más minimalista. En este caso, las figuras que aparecen son San José, la Virgen María y el Niño Jesús, aunque también se podría añadir el buey y la mula. De cualquier modo, todos deben encontrarse dentro de un portal que a su vez permita vislumbrar a la perfección a cada uno de ellos. Como es lógico, su tamaño aumenta, resaltando y dando más importancia a la apariencia y las características propias de cada personaje. Sus colores deben ser cálidos, que denoten amor y paz (también podrían ser dorados) y, acompañándolo, hay una vela blanca con un lazo dorado en la parte inferior. A pesar de la importancia que el Belén posee por sí mismo, no estaría de más que se colocara cercano al árbol de Navidad u a otra zona adornada de la casa, para que sus alegres coloridos contrasten con la belleza más serena del portal.

El Pesebre infantil
Los niños deben ser protagonistas y partícipes de la Navidad, y ¿qué mejor manera que comenzar a hacerlo poniendo el Belén? Se trata de un Belén especial, pensado para ellos y adornado por ellos. Un Nacimiento en el que no falta el musgo, un portal realizado con madera y paja y las figuritas de barro de pequeño tamaño. Todo ello de un colorido especial, pero sobre todo, con personas de rostros distintos, amigables, alegres e infantiles; animales juguetones (un burrito de aspecto dulce); los Reyes sonrientes sobre sus camellos, y la naturaleza en pleno esplendor, mostrando un día de invierno soleado o una noche clara y estrellada. Sobre sus cabezas está situada la estrella de Belén, que puede ser realizada en papel dorado por ellos mismos. Adornando el conjunto hay luces intermitentes, y, a su alrededor, cintas de papel coloreadas, postales, lazos, frases navideñas recortadas de cartulinas, etc. El ambiente indicado para que la música de fondo sea un villancico.


El Pesebre clásico
Sin embargo, es el Belén clásico y tradicional el más popular. A veces más grande, a veces más pequeño, pero siempre cargado de figuras realizando diferentes actividades sobre una gran capa de musgo y arena, todo para formar una verdadera ciudad de la época. Cuenta con el portal, un pajar en el que se encuentran San José, la Virgen María, el Niño Jesús, el buey y la mula, y sobre el cual se sitúa un ángel y la estrella de Belén; personajes de todo tipo, desde lavanderas y pastores, a los Magos de Oriente; animales; edificios; ríos y puentes; montañas, laderas y árboles, etc. Puesto que su objetivo es poseer el aspecto más real posible, tanto las actitudes y gestos de los personajes, como los colores del conjunto en general son totalmente naturales, esa también es la razón por la que su tamaño no es excesivamente pequeño. Unas luces parpadeantes a su alrededor le añaden dinamismo, y unos detalles navideños, sencillos y no muy llamativos, como pueden ser cintas (nunca puestas en el interior del Belén) le dan un aspecto más festivo, aunque en el caso de estar ubicado cerca del árbol de Navidad, o la habitación tenga mucha decoración navideña, los detalles deben ser mínimos.

El Pesebre animado
Puede tratarse de una variante de cualquiera de los anteriores y el típicamente utilizado por los belenistas y los amantes de las figuritas navideñas. Es decir, es cosa de profesionales. A diferencia de los anteriores, y sin que sea importante el diseño de las figuritas, el Belén animado da un paso más en el apartado de la construcción y la operatividad y apuesta por utilizar cascadas de agua, molinos, fuegos, luces en las casas e incluso cambios en la iluminación solar. Se trata de la opción más espectacular pero también la más costosa y complicada de llevar a cabo dado que requiere elementos mecánicos. Sus adeptos tratan cada milímetro del Belén como si se tratase de un auténtico mundo en miniatura y pueden llegar a gastar mucho dinero en su confección. Aquellos que se animan a realizar un Belén de este tipo suelen trabajar en él durante todo el año para luego, en fechas navideñas, mostrarlo e incluso presentarlo a concursos especiales.

El Pesebre artístico
Tal vez sea el Belén más difícil de encontrar y por eso el de mayor mérito. Sus piezas y todos los componentes deben estar hechos a mano. Se puede utilizar barro o madera pero también materiales menos comunes como el papel, la cartulina, la lana o incluso el chocolate. Este Belén no tiene unas reglas definidas, el creador genera el Belén que más se adapta a sus gustos, ofreciendo incluso nuevos personajes, entre los que muy habitualmente suelen estar los miembros de su familia. Ni que decir tiene que se trata de la opción más creativa y más participativa. A veces los niños realizan sus propios belenes en el colegio y contribuyen de esa forma a disfrutar de un Belén moldeado y pintado con sus propias manos.



LA MESA, VAJILLA Y CUBIERTOS
La mesa
El primer mandamiento a la hora de poner una mesa es que todos los elementos estén ordenados, simétricos y equidistantes. Esto es mucho más importante incluso que la elección de la vajilla.
El mayordomo de la película Lo que queda del día, ponía los platos, las copas y los cubiertos midiendo sus distancias con una regla.
Tampoco es cuestión de ser tan tajantes, pero una mesa bien decorada pasa por ser estrictos en la coherencia de la colocación de los elementos.
La mesa es uno de los elementos importantes si queremos dar un toque especial a la noche de Navidad. Las propuestas van más allá de la cena de Nochebuena.

Vajilla y cubiertos
La mesa de Navidad no requiere una vajilla específica. Una solución sencilla es buscar por casa platos y servilletas de color blanco para combinarlos con detalles acabados en plata como, por ejemplo, los cubiertos o los saleros.
La clave para que una mesa resulte elegante se basa en la elección de los colores y los ambientes, utilizar como máximo dos colores y olvidar tonalidades como el rojo son máximas que no deben olvidarse.
Los componentes: vajilla, cubertería, cristalería y complementos.



  • La vajilla





  • Una de las grandes protagonistas de estos días de fiesta es sin lugar a dudas la vajilla. Con ella conseguimos dar el punto adecuado a nuestra decoración. Existen infinidad de modelos, colores, tamaños y formas sobre los que se reflejará nuestra personalidad casi sin que lo notemos. A la hora de decidirnos hemos de pensar en qué tipo de mesa pretendemos montar, ya que se debe tener en cuenta el mantel con que hayamos previsto vestirla, los demás complementos o adornos, y por supuesto la cristalería y la cubertería.





  • Las vajillas más clásicas nos proponen la loza, el cristal o la porcelana como materiales entre los que poder decidirnos. Colores hay para todos los gustos. Las más sencillas, pero no por ello menos elegantes, son las vajillas blancas o en tonos crudo, ya sean lisas o con pequeños grabados. Entre sus virtudes están la excelente imagen que presentan en la mesa y la versatilidad que ofrecen a la hora de combinar manteles y cristalerías.





  • También podemos adquirirlas con flores en tonos azules o amarillos, con paisajes en tonos claros o pequeños motivos pintados a mano, son las más clásicas dentro de las tradicionales. Algunas variantes proponen filos plateados o dorados, lisas o con pequeñas florecitas, pero siempre son elecciones conservadoras.





  • La más juveniles las encontramos con estampados en fuertes colores, o de cuadros y rayas, también las hay lisas para efectuar atrayentes combinaciones.











  • Las de cristal suelen ser las menos elegidas para las mesas navideñas. Por otro lado no se nos pueden olvidar los pequeños de la casa, una buena solución para que no rompan ningún plato es la de prepararles unas mesas con manteles individuales y unos bonitos platos rojos de plástico duro y resistente. Conseguiremos que se diviertan y que no haya ningún incidente.





  • Muchas de las diferentes vajillas incluyen los bajoplatos haciendo juego, normalmente si la vajilla incluye algún dibujo o motivo éste será liso o viceversa. Con ello se consigue una mesa más llamativa. Si nuestra vajilla no los incluye podemos adquirirlos por separado, los elegiremos de plata, metal plateado o de acero inoxidable, todos ellos combinarán perfectamente con casi cualquier vajilla. La principal función de este sencillo y elegante objeto es la de centrar el lugar de los comensales.





  • La forma de la vajilla también es un dato a tener en cuenta aunque hoy en día hay gran variedad de ellas. Para los más osados existen las rectangulares o las cuadradas. Suelen ser de colores lisos, normalmente blancas o negras y las podríamos denominarlas minimalistas e incluso que simulan toques orientales. Las clásicas no salen de su típica forma circular, al igual que las que requieren funcionalidad. Las bandejas, salseras y soperas, que suelen mantener la forma, color y estilo de los platos, se deben ubicar en el centro de la mesa, para que todos los invitados puedan acceder a ellas.





  • También se pueden incluir los platos para el pan, que conjuntan con las vajillas y que en algunos casos se suelen utilizar con bajoplatos de distinto material y color que el resto de la vajilla, un efecto que suele ser muy agradable al diseño.





  • En la sobremesa cobran protagonismo los juegos de café y todos sus complementos, ya sean teteras, cafeteras, etc. Es común, e incluso se puede tomar como detalle de buen gusto, el utilizar vajillas distintas a las de la comida. Tras la finalización de ésta, es hora de cambiar de tercio y ofrecer algo de distinto diseño. Si añaden un toque navideño o festivo, mejor que mejor.







  • La cristalería





  • Una simple copa en una mesa, tiene mucho que decir. Si además hablamos de una mesa navideña, entonces los elementos de cristal toman aún más importancia y es el momento de mostrar nuestras mejores transparencias. La cristalería puede ser, al igual que la vajilla, de muchos estilos y se dice que mirándola se pueden saber muchas cosas de la persona que la ha elegido. Las hay clásicas, grabadas, de fantasía, muy modernas e incluso demasiado atrevidas. No hay que dudar, en absoluto, en utilizar los modelos más trabajados, sobre todo si la mesa se ha vestido con un sencillo mantel y una vajilla blanca convencional. Con ello se conseguirá un toque muy elegante, ya que resaltará sobre la uniformidad de los demás elementos.





  • Si por el contrario has utilizado ropa de mesa y vajilla estampada puedes optar por añadir copas y vasos de líneas rectas. Estos siempre sientan bien, además de aportar armonía. En épocas festivas como la Navidad es habitual que la copa sustituya al vaso, aunque no se debe olvidar que existen opciones que resultan muy interesantes, ya sean por sus formas o por su versatilidad. Si la decisión es poner vasos, hay obligación de poner tanto el de vino como el de agua.





  • Si se opta por vestir la mesa con copas es necesario facilitar a los invitados copas de agua, vino y champagne. Ésta última, y siempre en caso de que en la mesa se disponga de poco espacio, puede reservarse en una bandeja o mesa auxiliar y servirla junto con la bebida cuando finalicen los postres.





  • La transparencia suele ser la nota predominante en las cristalerías pero no podemos olvidar, y de hecho debemos tenerlo muy en cuenta, que podemos encontrar opciones en colores púrpura y verdes que resultan muy adaptables a las mesas navideñas. Un despliegue de color por parte de la cristalería, suele ser un detalle difícil de encontrar y que los comensales agradecerán con toda seguridad.





  • Entre la transparencia absoluta y el color más desenfadado tenemos algunas variantes que pueden resultar muy sugerentes. Se trata de las cristalerías que mezclan el cristal transparente con pies o detalles opacos de color, que deberemos combinar con el resto de los accesorios de la mesa.






  • La cubertería





  • Por último y no por ello menos importante, se encuentra uno de los componentes que más marca la tendencia en el diseño de una mesa festiva. Se trata de la cubertería, el elemento que más cuidan los detallistas y por el que se puede reconocer una mesa de nivel.





  • Encontraremos infinidad de variantes tanto en los materiales usados como en los diseños y colores. Las hay muy finas de plata, más prácticas y funcionales de acero inoxidable y, aunque con el tiempo se han dejado de utilizar, de alpaca. Detalles dorados, pequeños añadidos de metal o incluso incrustaciones de cristal son algunas de las variantes de los componentes habituales.A pesar de que en mesas navideñas debe, según nuestra opinión, imperar la variación, el ingenio e incluso el atrevimiento no está de más conocer unos pequeños detalles sobre lo que marca el protocolo con respecto a la colocación de los cubiertos en una mesa tradicional.





  • Los cubiertos deben colocarse por el orden en que se vayan a utilizar. Hacia fuera los que se usan primero y más cerca del plato los que se usan después. Todos los cubiertos deben quedar perfectamente alineados por la base inferior del mango, de manera que ninguno sobresalga de la base que marca el plato. Son consejos sencillos pero muy útiles en algunos casos.







  • Los complementos





  • Además de los típicos elementos de una mesa no hay que olvidar que también existen complementos que pueden aportar una nota de color navideña a nuestra decoración.Por ejemplo, utilizar candelabros, con o sin vela, aporta ingenio y algo de clasicismo a la mesa, dependerá del modelo elegido. También las bomboneras son un detalle de buen gusto, lo mismo que las bandejas en las que situaremos dulces navideños y frutos secos.Es bueno recordar que deberemos utilizar enseres que tal vez no usemos habitualmente. Es el mejor momento para que vean la luz licoreras, bandejas, carritos y mesas auxiliares, vinagreras y aceiteras e incluso botellones y jarras para disponer la bebida.






  • Mantel





  • Las telas de organdí o hilo, las gasas, los tules e incluso el lino o el algodón son siempre las más utilizadas para cubrir la mesas festivas de Navidad. Los toques más irreverentes los ponen las mantelerías adamascadas o el terciopelo, este último menos utilizado en esta época. En cuanto a colores hay que tener más en cuenta que nunca los dorados y los plateados, indispensables para todos los elementos e incluso utilizables en telas o complementos de mantelerías. Los típicos rojos, verdes y también, porqué no, el blanco, son colores que nunca fallan. Las tendencias de estos últimos años llevan otro tipo de colorido a nuestras mesas, no por ello menos festivo, hablamos de tonos como el púrpura o el burdeos. Hemos de pensar que con éstos podremos combinar cualquier vajilla, ya sea clásica o algo más moderna, así como todos los demás objetos que queramos ubicar en la mesa. No es de olvidar que son pareja perfecta con el plata o el blanco. Otra sugerencia puede ser la de colocar un mantel de color fuerte, rojo o azul, y sobre éste una tela de tul o de organdí. Conseguiremos un precioso efecto de transparencia.





  • También en estas fechas se pueden encontrar mantelerías especiales, mucho más festivas que las habituales. Existen con todo tipo de bordados, o con motivos navideños e incluso con formas especiales para la época. Si buscamos algo menos navideño, aunque no menos festivo, podremos conseguir fácilmente ropa de mesa con ribetes, calados o drapeados que agudizan las formas de las mantelerías. Otra opción, algo más moderna y más empleada por los jóvenes, es la de utilizar los manteles de rayas, cuadros, dibujos geométricos y con vivos colores y a esto añadirle un toque más sobrio complementándolo con una vajilla lisa y de un único color. Puede ser una buena alternativa para celebrar, por ejemplo, una noche de fin de año de una manera algo más informal.





  • La forma de la mantelería irá acorde con el tipo de mesa de la que dispongamos, es decir cuadrada, redonda, rectangular u ovalada. Del mismo modo si decidimos sobreponer encima del mantel cualquier tela transparente conseguiremos que nuestra mesa tenga un toque muy personal.







  • Servilletas





  • En muchos de los casos a la servilleta se le da un carácter segundón que no debería tener. La servilleta en una mesa navideña puede ofrecer toques de buen gusto e incluso marcar los tonos y los colores de una buena decoración de mesa. Es habitual utilizar las servilletas con la misma composición y tela que el mantel, pero nadie obliga a que esto sea así. Utilizar telas y colores distintos a los del mantel, siempre que esto conlleve cierta armonía o que aplique un carácter navideño al estilo de la mesa, es un detalle que puede dar muy buenos resultados. Combinar servilletas verdes con un mantel rojo y al revés generará un ambiente navideño muy difícil de conseguir con otros elementos de la mesa. También pueden utilizarse servilletas con motivos de Navidad e incluso está permitido y muy recomendado el uso de colores como el oro o el plata. Las combinaciones de estas servilletas con manteles de colores rojo y verde ofrecen un ambiente muy festivo en la ropa de mesa. Si con ello ofrecemos un toque más de distinción y aplicamos más carácter a una mesa navideña también está permitida la utilización de servilletas de papel. Ahora es muy sencillo encontrar servilletas de papel, con un tacto similar al de la tela, con colores (plata y oro) o con todos los motivos navideños que podamos imaginar, desde muñecos de nieve, pasando por los típicos abetos hasta casitas nevadas.






  • Los colores: Los colores por excelencia de las mesas navideñas se resumen por un lado en el oro y el plata y por otro en el blanco, rojo y verde.

    Los colores por excelencia de las mesas navideñas se resumen por un lado en el oro y el plata y por otro en el blanco, rojo y verde. Esto no es más que una tradición, nadie marca que el diseño de una mesa festiva de este tipo deba siempre centrarse en estas tonalidades. Los blancos y los crudos son siempre bienvenidos y llamar la atención del invitado con colores distintos es un detalle de buen gusto, sobre todo si combinan con la amalgama navideña.
    De todos modos los colores tienen su propio significado y tratamiento. No deben ser utilizados sin prever sus resultados. El verde, por ejemplo, simboliza la esperanza y representa a la naturaleza. Por eso se consideraba de buen augurio regalar determinadas plantas, como la Flor de Pascua. Es el color mágico propiciatorio para el solsticio de invierno. Una especie de llamada a que brote el verdor de la primavera.
    Sin embargo el amarillo es el color del sol y también el color de las espigas maduras, o lo que es lo mismo un símbolo de fecundidad. También simboliza la felicidad y la prosperidad en todos los campos y aunque no es muy utilizado en estas fechas siempre es digno de tener en cuenta. El rojo está asociado a la vida y a la generosidad sin límites que vivifica. De color rojo es el uniforme de Santa Claus, que tiene como trabajo el ofrecer regalos a los demás.
    Por último, el blanco simboliza pureza, inocencia, virtud y fe, además de la iluminación y la limpieza. Como su mezcla es fácil, es tal vez el más propicio para intentar combinaciones especiales. Con dorados y platas ofrece grandes resultados.


    Propuestas: La decoración de una mesa puede resultar una experiencia única e interesantísima que debe disfrutarse paso a paso e incluso en compañía de otros.

    La decoración de una mesa puede resultar una experiencia única e interesantísima que debe disfrutarse paso a paso e incluso en compañía de otros. Desde su planificación hasta su resolución es un trabajo muy agradable de llevar a cabo y que además genera el cariño y la admiración de los demás. Resultará muy gratificante que tus invitados valoren el estilo con el que les has agasajado en unos días tan entrañables.


  • Mesa buffet





  • Si tenemos bastantes invitados, una mesa-buffet simplifica muchísimo el servicio. Si no tenemos este tipo de mesa, es muy fácil y muy barato comprar una plancha de madera y colocarla, debidamente vestida y sin que se note la disposición, sobre unas borriquetas. Un truco es colocar la mesa-buffet separada de la pared. Al poderse servir desde ambos lados, la espera de los comensales, en caso de que sean muchos se reduce a la mitad.





  • Opcionalmente los invitados pueden acceder a otras mesas que contendrán las vajillas y cuberterías así como las bebidas, que obligatoriamente deben situarse en una mesa aparte. Podemos cubrir la mesa con un mantel rojo vivo, de tela de tapicería. Las velas serán también rojas. El centro principal puede ser un diminuto árbol de Navidad con adornos de color rojo y con auténticas velitas encendidas.





  • Para este tipo de celebración deberemos optar por una vajilla que no sea demasiado pesada y delicada, ya que los invitados deberán llevarla de un lado a otro. También hay que pensar en las copas o vasos elegidos, serán más adecuados los que tengan una base ancha, habrá menos posibilidades de que caigan. Un buen consejo es disponer abundantes platitos con servilletas de diferentes colores o motivos, que a la vez de ser decorativos serán muy útiles a todos.






  • Mesa dorada





  • La mesa vestida de oro es una de las más llamativas para estas fechas. Es más útil para el día de fin de año que para fiestas más familiares como Nochebuena o Navidad, siempre días que permiten menos excesos decorativos.





  • Con un simple mantel de tul, e incluso comprando una tela independiente y situándola sobre un mantel blanco liso, podemos llegar a conseguir resultados geniales. Si además añadimos velas también doradas, situadas en un centro de hojas del mismo tono, candelabros adornados con espumillón dorado y un centro bajo de loza o de barro, pintado de purpurina, el éxito está asegurado. Todo esto lo complementaremos con una elegante y atrevida vajilla de un tono que combine con los dorados, puede ser blanco o azul por ejemplo. Unas copas blancas o con brillos dorados y una cubertería de acero inoxidable con un pequeño borde en el mismo tono, conseguirán que hayamos acertado plenamente con este estilo decorativo. Como complemento podemos añadir, si la vajilla elegida ha sido la blanca, unas servilletas de color rojo vivo, será un bonito toque de alegría, que se integrará perfectamente con todo lo anterior.






  • Mesa infantil





  • En la mesa, los niños pequeños deben estar al lado de sus madres pero eso, a veces en celebraciones festivas como la Navidad, lleva a que sobrevenga cualquier desastre imprevisto. Por eso no es una mala idea crear una mesa con un ambiente especial para los más pequeños. La podemos colocar sobre una mesa baja o una rinconera. La decoraremos con colores navideños, y para evitar manchas y sustos utilizaremos todos los elementos de plástico o papel. También se pueden colocar pequeños manteles individuales de tela con los adornos que más gustan a los niños y servirles su comida de forma independiente, algo que les encanta. Si además añadimos espumillón(tela de seda doble), brillante y de colores vivos, habremos conseguido una buena solución para decorar y hacerles felices, gastando poco dinero.







  • Mesa individual





  • Los servicios individuales son muy aconsejables para utilizarlos cuando hay muy pocos comensales y sobre todo en mesas de cristal. Con esto generaremos un contraste que resultará muy atractivo. Si la mesa es de madera habrá que buscar un tono de mantel que sea acorde a ésta o bien que genere contraste. Una buena alternativa es la de disponer estos mantelitos sobre uno grande de un color intenso, consiguiendo de esta forma contrastar y combinar para obtener un resultado armonioso. Cualquier opción es válida si el resultado obtenido es festivo, tal y como pretendíamos. También suele recomendarse el uso de esos manteles para las pequeñas mesas de centro. La mayoría de ellos suele llevar la servilleta a juego, lo cual nos facilita aún más la labor de montar una bonita y bien decorada mesa.






  • Mesa plateada





  • Jugar con los brillos de velas plateadas o doradas combinadas con candelabros y elementos de cristal reafirma la luz, multiplica los reflejos festivos y genera cierto aire de atrevimiento que difícilmente pasa desapercibido. Colocando todos los elementos plateados (velas, cintas, lazos, piñas, Centros y plantas) sobre un mantel neutro de hilo de rojo, o incluso violeta, conseguiremos que los elementos resalten de una manera espectacular. Si se utiliza una vajilla blanca o cruda y una cubertería también plateada, habremos dado en el clavo. Los platos resaltarán activamente sobre la mantelería y el dominio del plata en los reflejos actuará creando un ambiente cálido a la vez que festivo.






  • Mesa natural





  • Las tonalidades tostadas en manteles y servilletas, combinadas con elementos dorados como velas y sobreplatos, permiten crear atmósferas cálidas y agradables y convierten una velada en un hervidero de paz. Este tipo de decoración suele ir acompañada de manteles de lino, vajillas sobrias y copas sin motivo alguno y de estilo espigado, marcando un carácter suave y discreto más típico de una mesa otoñal que de una opción de decoración navideña. Esto lo resolveremos con los detalles. Las piñas naturales y los frutos secos, acompañamientos que mantienen las escalas cromáticas, añaden lo que falta para que verdaderamente sea una mesa navideña. Junto a esto, y para dar el toque final, podemos incluir unas ramas de pino o abeto, el contraste generará continuidad en la línea de diseño.






  • Mesa clásica





  • La composición de hilo o el organdí da grandes resultados con finas vajillas, cristalerías y cubiertos más conservadores. Si a esto se le añaden pequeños detalles como candelabros, velas o lazos habremos conseguido retroceder algunos años. Una buena opción de mesa clásica es esta que te proponemos; una preciosa vajilla con motivos florales en tonos azules y amarillos, a juego todos los componentes, incluso las tazas de consomé. Las copas pueden llevar el pie del mismo tono azul que la vajilla. Una sobria pero elegante cubertería de plata vestirá la mesa de una manera especialmente clásica. Se puede incluir algún pequeño detalle, candelabro o vela, pero siempre de líneas serias. Un detalle más, una flor de Pascua, pero de pequeñas dimensiones.







  • Mesa espontánea





  • Hoy en día cualquier disposición de elementos en una mesa festiva es aceptada sin reproches. Si invitamos a los abuelos no es lo mismo que si la cena o la comida es para una pareja de amigos. Estos pequeños detalles son los que consiguen que una mesa, en todo su conjunto, sea perfecta. Conseguir un estilo espontáneo sólo es cuestión de dejar volar la imaginación. No es necesario tener pensado previamente qué vajilla vamos a utilizar, es fácil que la de uso habitual, con algún pequeño toque de distinción añadido, nos sirva perfectamente. A modo de mantel pondremos una tela de color dorado o simplemente blanca, si es posible con algún detalle brillante. Una vajilla blanca y unas sencillas servilletas, que pueden incluso ser de papel en tonos plateados o dorados, conseguirán un aspecto navideño muy interesante. Si a esto le añadimos unos vasos de fino cristal y alguna vela, habremos conseguido rápidamente una bonita mesa. Podremos rematarla con un pequeño centro de flores secas.






  • Mesa blanca inmaculada





  • Como único componente el blanco. Mantel, servilletas y vajilla del mismo color. La cristalería lo más lisa posible, aunque estaría permitido algún pequeño grabado en el pie, pero siempre del mismo color. Todo parece respirar pureza y amistad. Sólo algún pequeño detalle deberá trastocar este ambiente. Puede bastar una vela dorada o un centro de plantas con motivos rojos y con un bonito macetero blanco. También es admisible incluir en este estilo unos servilleteros de plata. Los cubiertos es preferible que sean de acero y lo más lisos posibles. Si lo deseamos también podemos esparcir por la mesa unos pétalos de rosas blancas, además de adornar perfumarán la mesa.






  • Mesa elegante





  • La porcelana y los tules blancos cobran fuerza cuando se combinan con toques dorados: coronas, velas, lazos y bolas con el suave brillo del oro hacen que una sencilla mesa se convierta en un momento en la más elegante. Las vajillas más indicadas para este tipo de mesa pueden ser las que llevan un filo dorado o plateado. Pueden ser lisas o con algunas diminutas flores de color pálido y de fondo blanco o crudo. Es recomendable que las copas a utilizar sean estilizadas, pues darán mayor altura a la mesa. También resulta de muy buen gusto y muy acertado en este tipo de decoración poner los platos del pan a juego con el bajoplato, así como un detalle exquisito resultará el ubicar un reposacubiertos de plata al lado de cada comensal.







  • Mesa del brindis





  • Un momento muy especial en cualquier velada es la hora del brindis. Para ello podemos ambientar una mesa, que no necesariamente ha de ser muy grande, con una tela brillante de satén rojo, verde o de cualquier otro color que consideremos navideño, en ella pondremos unas copas altas de fino cristal junto a una estupenda botella de cava, adornada con un gran lazo plateado. Para este importante acto encenderemos un par de velas plateadas que habremos puesto encima de un cenicero del mismo color. También si es más de nuestro gusto, dispondremos las velas sobre un par de candeleros de plata sencillos y lisos.






  • Mesa romántica





  • Una cena o comida de fiesta puede tener perfectamente un toque romántico, por ejemplo una cena de pareja. Este estilo lo podemos conseguir de varios modos, proponemos un mantel liso o con un motivo adamascado sencillo, a ser posible en color blanco. Una bonita vajilla con algún motivo floral o pequeño grabado del mismo color. Las copas de vino y de agua pueden ser estriadas en el pie, si además lo complementamos con una cubertería de plata, esta composición hará las delicias de los tortolitos. La clave del romanticismo está en unos pequeños brotes de hojas o flores secas esparcidas por la mesa. Si no se dispone de estas podemos depositar en su lugar pétalos de rosa roja. Será el elemento chic de la mesa. Podemos terminar el diseño con alguna vela plateada o roja con un lazo de tul de color brillante, que generará el contraste necesario.






  • Mesa de desayuno





  • Manteles individuales y una decoración sencilla en tonos azulados generan un buen ánimo después de una larga noche de fiesta. Nos prepararemos para tomar un reconfortante desayuno; sobre una mesa ubicaremos un individual de color crudo con estrellas azules, toda la vajilla en tonos azules, y como toque navideño una vela de color plata. Los cubiertos deben ser de líneas sencillas, por ejemplo, de acero inoxidable o incluso con el mango en el mismo tono azul.



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