Renueva emociones
Utilizar un determinado tono para pintar las paredes de tu hogar puede conseguir que luzca más grande, luminoso y con estilo. Un simple cubo de pintura y unos rodillos y pinceles bastan para producir cambios insospechados en el ambiente.
Además de influir en el estado emocional, un color bien elegido y utilizado en la decoración hogareña es capaz de dar más altura visual a las paredes de una casa, proporcionarle más profundidad a un pasillo o modificar la claridad de su salón, mejorando el aspecto del ambiente doméstico y aumentando el bienestar de sus habitantes o visitantes.
Además de influir en el estado emocional, un color bien elegido y utilizado en la decoración hogareña es capaz de dar más altura visual a las paredes de una casa, proporcionarle más profundidad a un pasillo o modificar la claridad de su salón, mejorando el aspecto del ambiente doméstico y aumentando el bienestar de sus habitantes o visitantes.
"El color influye en el comportamiento y el humor de la persona y ejerce un marcado efecto fisiológico", señala el doctor Miguel Pros Casas, uno de los fundadores de la Asociación Española de Médicos Naturistas (AEMN).
El color es energía
Según el experto, las técnicas cromoterapéuticas empleadas desde la más remota antigüedad en Egipto, Grecia, India y China, actúan siguiendo el principio de que "el color no es más que luz, la luz es energía y la energía puede activar o sedar, según como se utilice".
El empleo de los colores con fines decorativos y al mismo tiempo terapéuticos, es muy antiguo: se cree que los colores brillantes con que se adornaban los templos egipcios y griegos se escogían por sus efectos sobre la mente y el cuerpo. Además, en el Tibet y la India se emplean desde hace siglos los colores para ayudar a la meditación y a las actividades curativas.
Según el experto, las técnicas cromoterapéuticas empleadas desde la más remota antigüedad en Egipto, Grecia, India y China, actúan siguiendo el principio de que "el color no es más que luz, la luz es energía y la energía puede activar o sedar, según como se utilice".
El empleo de los colores con fines decorativos y al mismo tiempo terapéuticos, es muy antiguo: se cree que los colores brillantes con que se adornaban los templos egipcios y griegos se escogían por sus efectos sobre la mente y el cuerpo. Además, en el Tibet y la India se emplean desde hace siglos los colores para ayudar a la meditación y a las actividades curativas.
En el hogar, el colorido puede predisponer a distintas disposiciones anímicas: los colores cálidos brindan un ambiente agradable, crean una sensación de alegría y ayudan a mejorar el rendimiento en el trabajo; el naranja puede reavivar una actitud o condición que de otro modo sería letárgica y es aconsejable para el comedor, la cocina o el cuarto de juego de los niños.
La iluminación es importante: los techos deben ser blancos para que las luces indirectas sean eficaces, y en los sistemas directos, el blanco cenital reducirá los contrastes entre los objetos fijos como los muebles y su entorno: al ser 'neutral' el blanco llama menos la atención psicológica y por consiguiente no distraerá.
La iluminación es importante: los techos deben ser blancos para que las luces indirectas sean eficaces, y en los sistemas directos, el blanco cenital reducirá los contrastes entre los objetos fijos como los muebles y su entorno: al ser 'neutral' el blanco llama menos la atención psicológica y por consiguiente no distraerá.
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