Si hace unos años el color blanco se imponía en el mundo de las cocinas , hoy por hoy casi cualquier tonalidad puede tener una aceptación absoluta en esta estancia del hogar.
Evidentemente el blanco sigue siendo el rey, no obstante el negro
podría situarse poco a poco en una posición aventajada respecto al gran
favorito ¿y si el negro fuera el nuevo blanco?
Si lo analizamos un poco, la elegancia
que el color blanco otorga a nuestras cocinas es evidente. Aun así,
nadie puede negar que el negro es uno de los colores más glamorosos que
existen. Si cuando nos vestimos y vamos a una cena elegante este color
siempre es un acierto, vestir nuestra cocina no es algo tan diferente.
A la elegancia
indiscutible hay que sumarle el poder de las combinaciones. Y es que
pocos colores combinan también con otras tonalidades como el negro. Ya
no hablo de mezclar módulos negros con otro color como el rojo (que se
puede hacer), me refiero únicamente al tema de las bancadas. Rojo,
amarillo, verde, naranja, blanco, gris… cualquier color será ideal par
resaltar nuestros elegantes muebles negros.
Otra ventaja es que es un color que permite observar bastante bien las diferencias de materiales. Pocas tonalidades harán que resalten nuestros acabados en mate, brillo, lacado e incluso las puertas con acabados en vidrio (una opción que con el negro queda impresionante).
Es cierto que el negro es apto únicamente para aquellos sitios en los que contemos con una luz natural
potente, ya que evidentemente no captará de la misma forma los rayos de
luz como el blanco. No obstante, existen muchas opciones en cuanto a la iluminación que pueden ayudarnos a crear luz artificial suficiente para resaltar nuestra elegante cocina en negro.
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