Si quieres tener una vivienda acogedora y que tus visitas se sientan cómodas, debes decorar la habitación de huéspedes. A este cuarto se le puede dar otros usos mientras no tengamos gente en casa, como convertirlo en estudio o en un lugar de juegos.
Lo mejor, de todas formas, es dejar la habitación preparada para
recibir huéspedes sin que tengamos que hacer grandes cambios. La idea es
que dicho ambiente resulte confortable y atractivo para que los
visitantes se sientan como en su propio hogar.
La habitación de huéspedes, por supuesto, debe ser
funcional. Su finalidad más importante es dar refugio al visitante para
que pueda pasar una o más noches en casa: el mueble imprescindible,
pues, es la cama
Instala una cama confortable de buenas dimensiones
para que pueda ser utilizada sin problemas por cualquier persona y
compra un nuevo juego de ropa de cama (que deberás renovar con
frecuencia).
Una mesita de noche (que incluya una lámpara) y un armario con espejo son
otros muebles muy importantes en un cuarto de huésped. Así las personas
que se alojen allí podrán leer por las noches, guardar su ropa y
vestirse sin necesidad de salir de la habitación.
En cuanto a la decoración en sí misma, lo más conveniente en apostar a un estilo neutro.
Nunca se sabe cuáles serán los gustos e intereses de los huéspedes; ni
siquiera podemos asegurar si la habitación será usada por un hombre o
una mujer. Colores que no se identifiquen con ningún género (como el
verde o el naranja), un cuadro de un paisaje y velas aromáticas o
inciensos te permitirán decorar la habitación de huéspedes de una manera atractiva y capaz de adaptarse a cualquier persona.
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