El lugar de descanso en casa por excelencia es, definitivamente, el dormitorio, y más de una vez hemos soñado con contar con el máximo de comodidades en él para disfrutar de los momentos más reparadores que necesitamos para el cuerpo y la mente.
Algunas veces hemos envidiado aquellas exclusivas suites que existen en los grandes hoteles y que quisiéramos que se trasladen hasta nuestros dormitorios para gozar de cada una de las comodidades con las que cuentan estos espacios.
Sin embargo, nuestro dormitorio también puede convertirse en una comodísima suite siguiendo algunos pequeños consejos, para emular los descansos de lujo que se experimentan en estos lugares.
Recordemos que la comodidad se va a conseguir principalmente encontrando a mano todo lo que habitualmente necesitamos y que hace que nuestros requerimientos se vean plenamente complacidos, por ello, hay que pensar en lo primero, y eso es la cama.
La cama, y específicamente el , deben ser tan cómodos como nuestro cuerpo lo solicite, así como las sábanas y cubrecamas deben estar siempre limpios e impregnados de aromas que nos inviten al relax total.
Las mesas de noche y los armarios deben contar con los cajones y espacios suficientes para colocar todo lo que normalmente utilizamos y que nos posibilite que todo se distribuya sin causar aglomeraciones y sin crear espacios cargados de ropa u otros elementos. La idea es que la suite “respire” y no nos sintamos prisioneros dentro de ella.
La iluminación debe estar “a mano”, por lo que se sugiere tener un interruptor adicional junto a la cama, así como pequeñas luces sobre para nuestra lectura antes de dormir y que puedan ser fácilmente maniobradas. Igual de bien se verán si están en una mesita de noche.
Hay que encontrar que la habitación siempre pueda estar ventilada, para lo que se recomienda una ventana cerca, pero si no se tiene en la habitación, hay que encontrar el flujo de aire necesario desde el resto de la casa para que este se encargue de ventilar apropiadamente el cuarto, y quitarle la carga y el humor propio de quienes lo habitan.
Los colores de las paredes, y los que predominan en los muebles, deben ser claros en preferencia y relajantes a la vista; los pisos deben ser cómodos al tránsito, y de ser posible, alfombrarlos completamente para poder caminar descalzos sobre ellos y sentirnos en las nubes.
Otros elementos importantes a tener en cuenta en nuestras nuevas suites de lujo en casa son el gran espejo en la pared, el televisor frente a nuestra cama ubicado en un rack o en un mueble a la altura precisa de nuestra vista, y por último, pero no menos importante, los cuadros o fotografías de aquellos que amamos y a quienes siempre nos gusta recordar.
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