Moderno, luminoso, acogedor… Pensando en conseguir un ambiente así, la decoración de este salon se resolvió con una base en tonos neutros, con paredes pintadas en blanco y muebles de maderas claras, a la que después se añadieron pinceladas más oscuras,
como el sofá de cuero negro y los textiles estampados. En la pared, una
librería baja que recorre todo el frente, sirve de expositor a
fotografías y pinturas, una colección que aporta la nota actual a la decoración. Además, piezas como la lámpara de madera de TAF Architecs o la mesa auxiliar Occasional, la L.R.T. firmada por Charles y Ray Eames ponen el toque de estilo y personalidad.
Los propietarios de este apartamento sueco, un matrimonio joven con tres hijos, querían una cocina funcional. Por eso, aunque en las imágenes no se aprecia, optaron por derribar los tabiques antiguos y dejar una cocina abierta al salón-comedor.
Sin embargo, para que los ambientes quedaran perfectamente delimitados
visualmente, para este espacio se optó por una decoración tradicional,
con muebles lacados en blanco y un suelo de baldosas cerámicas en damero, que nada tiene que ver con la estética moderna del salón.
En el dormitorio principal, que parece sacado del catálogo de Ikea, el color blanco es el protagonista. La decoración, que destaca por su frescura, sencillez y estilo natural, invita a relajarse. Sin restar protagonismo al blanco, se añadieron sutiles detalles en color que animan y alegran el ambiente, como las cortinas o los cojines. En un rincón de la habitación se creó un Vestidor, que diría Alma Decoratrix, con una barra de madera sujeta con dos cuerdas verdes. Vía:
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