A estas alturas del año, muchas familias organizarán esa primera escapada a la casa de la playa, a retirar las sabanas que dejaron cubriendo los muebles, a abrir las ventanas, los balcones, las terrazas, a regenerar el aire… a preparar esa casa que será morada durante el verano que ya está a la vuelta de la esquina.
La casa de verano debe ser sobre todo ligera, refrescante y luminosa. Debemos decorarla con colores claros y materiales naturales. La distribución del interior de la vivienda debemos hacerla apuntando hacia el exterior, dando especial protagonismo a la luz, a los ventanales, a la salida a la terraza ó al porche… para poder disfrutar del exterior, del sol y del buen tiempo, que es a lo que hemos venido!!
El porche o la terraza deben estar perfectamente acondicionados para disfrutar de ellos. En función de su tamaño, los destinaremos a uno u otro uso. Si los metros lo permiten, una opción para disfrutar al máximo del exterior es colocar en él un comedor en el que podremos comer mirando al mar, o disfrutar de relajantes y románticas veladas nocturnas. Si el sol incide especialmente sobre nuestro exterior, podemos colocar una pérgola que aporte sombra, y convierta el espacio en uno más acogedor.
También podemos convertir el exterior en un segundo salón. Algunas casas especializadas en mobiliario para exterior presentan líneas de muebles realmente novedosas, huyendo de estéticas clásicas y coloniales. Materiales novedosos y piezas con diseños espectaculares.
El interior de nuestras casas debe ser una prolongación del exterior, por esa razón los colores deben ser claros, reflejando a través de ellos, el cielo, el mar, la hierba, el sol, el aire… colores que aporten frescor, y no saturen el ambiente.
El blanco potenciará la luz, por lo que puede actuar como base de la decoración. En muchas ocasiones encontraremos viviendas u hoteles cercanos a la playa, cuyos muebles se presentan blancos. Si esa es la opción elegida por nosotros, estamos de suerte, el blanco vive su mejor momento decorativo, la oferta es amplia y variada.
Los textiles deben ser ligeros y naturales. Las fibras como el lino o el algodón son las más adecuadas y las más agradables para descansar.
En las casas de playa una buena temperatura suele estar garantizada, por esa razón no necesitamos revestir el suelo con un material aislante, a diferencia de las casas de invierno en las que la madera o la moqueta son los materiales más utilizados, en estas casas, los diferentes tipos de baldosa son más adecuados, por estética, funcionalidad y comodidad.
Los espacios interiores se transforman en uno convertible, de manera que podamos disfrutar de la compañía de los demás estemos donde estemos. La cocina forma parte del salón, que se convierte en improvisada habitación de invitados en un instante, por la que se accede al cuarto de baño…la terraza comunica este gran espacio con el exterior, que es nuestro paraíso de verano.
Más ideas decorativas
Para el mobiliario debemos tener un cuenta que nuestra casa de playa no es un lugar que usemos durante todo el año. Además, la brisa marina no ayuda mucho en la preservación de los muebles. Es por ello que es muy recomendable que los muebles sean de madera, ratán o de material sintético. Estos se preservan mejor en el tiempo y además le da un look más rústico a nuestro escape de verano.
La iluminación es muy importante en estas casas. Definitivamente debemos adecuar los muebles de manera que podamos aprovecharla al máximo. En este punto resaltamos el gran valor de la vista que podamos tener desde nuestra casa de playa ya que es recomendable colocar los muebles de manera que podamos apreciarla en su total plenitud.
Los colores son básicos en el momento de decorar la casa de playa. Los decoradores recomiendan colores neutros en las paredes y los muebles ya que ayuda a la luminosidad de los ambientes. Los colores como el blanco o el crema, también son recomendados por el hecho de que son muy combinables con cualquier adorno que queramos renovar.
Recordemos que las casas de playa deben tener una decoración sencilla; mientras menos recargado esté el lugar uno se siente más lejos de la rutina de la ciudad.