Verdadera tarjeta de presentación de una casa, el hall de entrada es la primera impresión que tiene quien visita tu hogar y es bien sabido que no hay nada como una buena primera impresión. Aprende a decorar tu hall de entrada para que de la bienvenida siempre que abras la puerta.
Independientemente de que sea grande o pequeño, antes de empezar a decorarlo es importante saber cual será su función principal? ¿Quieres un espacio elegante donde poder mostrar piezas decorativas especiales? O prefieres un hall práctico y funcional con un lugar de almacenamiento de abrigos, botas y mochilas de los niños?
Otra cosa a tener en cuenta para que el resultado sea exitoso es aplicar en este lugar el mismo estilo que tiene el resto de la casa. Por ejemplo si en tu piso predomina una decoración contemporánea o una decoración minimalista, entonces un hall de entrada clásico, con grandes sillones, una mesa trabajada y un espejo vintage, puede impresionar, pero no combinará con el resto de la casa. Es mejor que el hall de entrada sea una muestra de lo que está por venir. Una vez escogido el estilo, hay que darle al hall de entrada una personalidad propia. Como en cualquier otro ambiente, también existen piezas básicas para los primeros metros cuadrados de la casa: mesa, banco, recipiente para depositar las llaves y las monedas, espejo, perchero, guardarropa, paraguero, lámpara, alfombra, etc. Puedes o no necesitar todos estos elementos, depende de la funcionalidad y el ambiente que desees crear. Lo importante es no olvidar los accesorios, porque un hall de entrada queda mucho más interesante con algunos toques de color y diseño, ya sea en forma de textiles, piezas de vidrio, cerámica, acero o bronce, iluminación, libros, relojes, plantas o flores frescas . Pero por encima de todo, es fundamental que este espacio diga “bienvenido” o “vuelve pronto” cada vez que pones la llave en la puerta.
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