Vale, no es una cocina normal: es ENORME. Y encima tiene zona de estar con sofás y todo, grandes ventanales que dejan pasar la luz y hasta han habilitado una mesa de estudio-recreo-ordenador en un rincón muerto. Pero es uno de los espacios más llenos de vida y más acogedores que me he encontrado desde hace mucho tiempo. Ahí, hasta yo disfrutaría cocinando. Palabrita. Ah, y además, en el link inferior podéis ver el antes.
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