Mucho hemos escrito por aquí sobre el estilo nórdico,
una tendencia originaria de las viviendas del norte de Europa que ha
ido extendiéndose con gran popularidad por el resto de países del mundo.
Y no es para menos, ya que este estilo destaca por saber unir lo mejor
del clasicismo (con la presencia de muebles rústicos) y de las vanguardias (superficies lacadas, minimalismo), con un punto colorido que imprime belleza y mucha calidez.
Es el caso de esta vivienda que os traemos hoy, en la que, sobre una
base en color blanco, se perfilan multitud de aportes llenos de
personalidad: estampados, colorido, objetos de decoración sobre las
paredes, plantas, suelo entarimado y un decorado más modernizado en sus
cuartos de baño.
El color blanco de la base aporta luminosidad, nitidez y refinamiento
al conjunto, y contrasta a la perfección con la pared pintada en color
mostaza. Sin duda, este atrevimiento decorativo supone todo un acierto.
Presenta, además, un equilibrio perfecto entre espacio y volúmenes.
Como resultado tenemos una casa que rezuma belleza por los cuatro
costados, llena de elegancia y mucha frescura. La atmósfera creada es
dinámica y al mismo tiempo relajante, e invita a acomodarnos en sus
acogedoras sofás, entre cojines multicolores. No podemos resistirnos a
entrar en esta casa e invitarte a que pases con nosotros para disfrutar
de toda la belleza y frescura del estilo nórdico.
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