martes, 15 de diciembre de 2009

Las cortinas y visillos son, sin que apenas reparemos en su existencia, un elemento clave en la decoración de una habitación. La apuesta más acertada en la elección de un color es, como casi siempre, el blanco. Las tonalidades claras aportan más luz a la sala y, al contrario de lo que piensan muchos, ocultan nuestra existencia frente al exterior.

Cortina clásica

La mejor opción es elegir tejidos ligeros y con apenas vuelo. Esta elección te ayudará a ocultar una vista no demasiado agradable sin perder la luz que llega desde la calle. Una buena idea son también los diferentes, y la última tendencia son los de estilo japonés. Si resulta que tienes varias ventanas en una misma habitación, no elijas diferentes estilos, ya que sembrarás el caos y aportarás a la habitación un deseo de “no estar”.es todo un arte. Además, la elección de uniformidad aportará mayor amplitud a la estancia y ayudará a camuflar las diferencias que existan en cuanto a forma o tamaño de las cristaleras. Y si lo que deseas es disimular alguna ventana pequeña, utiliza estores lisos y visillos blancos, ya que dirigirán menos la atención hacia ellos que si usaras colores llamativos. Imagen .

Puedes jugar con el color y la textura del género. Para elegirlos, se debe tener en cuenta la luz que recibe la habitación y el tamaño de ésta. Si entra mucha luz solar durante gran parte del día, no deberías escoger un tejido muy fino ni demasiado claro, ya que podría ir quemándose hasta romperse. Sin embargo, no dejes de tener en cuenta que los tejidos bordados o estampados en tonos vivos motean la luz y aportan mayor oscuridad al cuarto.

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