viernes, 28 de septiembre de 2012


Cuando nos proponemos  decorar. no solo debemos considerar que nos gusta o no, sino que debemos tener muy claro que efecto buscamos lograr en cada ambiente y en este sentido, el papel que juegan los  colores  es fundamental, ya que cada uno actúa provocando un impacto diferente sobre nosotros y deberemos luego enfrentarlos a diario, así que veamos las particularidades a grandes rasgos de algunos de ellos.

El blanco está asociados a la pureza, a la pulcritud, es un color que inspira calma y tranquilidad, que da la sensación de amplitud y luminosidad, lo que lo hace ideal para ambientes pequeños y poco iluminados. De todos modos es un color que se adapta perfectamente a todos los colores y estilos por eso puede ser muy útil para integrar y dar unidad a ambientes con diferentes estilos arquitectónicos o decorativos. El blanco al igual que otros colores  neutros sirve para destacar detalles y objetos de otros colores, especialmente aquellos colores más difíciles de combinar.

El amarillo, es el color del sol, un color por esencia luminoso y alegre, pero es un color cuya presencia se destaca mucho por lo que no es fácil de manejar, ya que cualquier cosa que coloquemos en cualquier tono de amarillo será muy notoria. El amarillo es un color cálido en la medida que se combina o mezcla con tonos de rojo, pero en su estado más puro puede transformarse en un color frío. El amarillo combinado con blanco iluminará y alegrará cualquier espacio, combinado correctamente con otros colores cálidos los tornará acogedores, pero si lo combinamos con tonos muy apastelados los opacará y los hará ver tristes.

El  rojo por su parte, trae consigo muchas asociaciones tanto positivas como negativas. El rojo es el color de la sangre, del fuego y la pasión, es un color muy estimulante, dominante y provocador, asociado también con el movimiento. El exceso de color rojo, produce descargas de adrenalina hacia el torrente sanguíneo y puede acelerar el ritmo cardíaco, producir calor. Es también estimulante del apetito y la conversación. Se suele utilizar en cantidades mas bien reducidas para destacar elementos, a lo sumo en una pared sobre la que se quiera llamar la atención pero raramente se utiliza en exceso en grandes superficies.

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