CASA DE FAMOSO

Cada vez que me toca hacer un reportaje en casa de algún famoso o veo sus casas mallorquinas en las revistas o en la tele, me sale urticaria. Y no es de extrañar, porque las casas (¿he dicho casas?) que poseen a lo largo y ancho del litoral balear son imposibles de describir con palabras. Muchos son los famosos y VIP's que eligen Baleares para pasar sus vacaciones. Desde asiduos como Ana Obregón, por cierto que este año ha empezado la casa por el tejado y se ha dejado ver con nuevo y musculoso acompañante en tierras ibicencas en lugar de pasar los primeros días de sus vacaciones en su fabulosa casa de la Costa de los Pinos, hasta Diandra Douglas, la ex de Michael Douglas a quien este año le ha tocado disfrutar de la mansión que ambos poseen (mientras Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones pasan sus vacaciones en St. Tropez). 

La casa es una fortaleza construida por el archiduque Luis Salvador de Austria, primo de la Emperatriz Sissi, en el siglo XIX, de nombre 'S'Estaca', y que el actor compró junto a su ex mujer Diandra en 1980. Cuando se divorciaron acordaron repartirse la estancia en la mansión 6 meses al año. Aunque es una de las mansiones más privilegiadas de la isla, más de un disgusto les ha costado a los Douglas, sobre todo cuando las autoridades mallorquinas declararon 'S'Estaca' como bien de interés cultural, permitiendo las visitas de la gente normal (véase yo misma) cuatro días al mes. (Por favor, no sigas leyendo si padeces algún problema cardíaco o tienes la tensión alta...). En la finca hay varias edificaciones. "La casa del pintor" es el estudio que utilizó en los años sesenta Domenico Gnoli. "La casa marroquí" fue construida por Antonio Juncosa y Diandra la decoró con antigüedades. En "La casa italiana" están la bodega, los dormitorios y la terraza. En la ladera, la piscina. Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones sirven vinos exclusivos de su viñedo en las comidas. Cameron -el nombre de su hijo mayor- es un tinto joven; Kirk, un gran reserva, y S'Estaca es el blanco malvasía.

Pero mansión no siempre es sinónimo de lujo, sino también de problema. Como por ejemplo los que tuvo la modelo alemana Claudia Schiffer, La modelo ha veraneado desde niña en Mallorca. Sus padres tenían una casita en una urbanización, pero Claudia compró una preciosa mansión en Camp de Mar y, después, en 1998, un terreno rústico de 400.000 metros cuadrados en el que empezó a construir otra casa que nunca llegó a habitar. La finca, situada en Cap Andritxol, incluía una torre de vigía del siglo XVI catalogada como Bien de Interés Cultural por lo que la alemana, que había levantado una gran valla para protegerse de los fotógrafos, se vio obligada a permitir el acceso a los visitantes de la torre.  Al final, acabó vendiendo la finca por 12 millones de euros. También han tenido algún problema que otro Pedro J. Ramírez y su mujer Agatha o el piloto Carlos Sainz por quítame allí un embarcadero.

Pero una de las mansiones que más ha dado que hablar ha sido la del ex tenista Boris Becker quien compró, en 1997, una 'possessió' en Artá por 500.000 euros. Junto a la antigua casa, hizo levantar una gran mansión, viviendas para los guardeses, para los invitados , garajes y un lujoso 'spa'. Todo el conjunto sumaba 967 metros cuadrados que superaban con creces lo permitido por la Ley de Suelo Rústico. Tras tres años de pleitos, el Consejo Insular de Urbanismo le recordó que eso no era legal y que no haría una excepción con el tenista. Boris, enfadado, puso a la venta la casa por 15 millones de euros . Pobrecito.