Menudo título para esta vivienda tan minimalista. 215 m² donde apenas hay muebles, pero mucha calidad y estilo tanto en el mobiliario como en los materiales de construcción. Que la vivienda está en Dinamarca, lo delatan los suelos, acabados en ventanas y esa luz tan delicada y melancólica. El ambiente de loft neoyorquino se ha creado a propósito, con mucho espacio en blanco y pocos elementos decorativos. A destacar: el sofá de Ikea, las lámparas de Artemide, Flos y Foscarini, las sillas 7 de Arne Jacobsen para Fritz Hansen y la cómoda negra heredada.
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