jueves, 15 de julio de 2010

LUMINARIAS

La iluminación interior en la decoración
Una parte importante de nuestra actividad, transcurre dentro de edificios iluminados artificialmente, por eso es necesario que la misma garantice el desarrollo de dichas actividades, para potenciar nuestro rendimiento y evitar trastornos para la salud.
La luz artificial puede afectar los colores de la decoración y la percepción general de los espacios, realzando o atenuando las formas y texturas, para ello, es fundamental el diseño cuidadoso de la iluminación interior.

Consejos para la iluminación interior:

La iluminación interior puede lograr cambios en la decoración, que pueden abarcar desde un simple cambio en el interruptor de luces, empleando un dimmer, que permita cambiar la intensidad lumínica de una misma luminaria.
Esta iluminación puede ser distinta dependiendo de la habitación que vayamos a iluminar, pero siempre manteniendo una unidad con el resto de la decoración.
Cada ambiente tiene diferentes requerimientos lumínicos, dependiendo del tipo de actividades que se realicen dentro del mismo.
La combinación de distintos tipos de luz dentro de un mismo ambiente, que además tengan interruptores independientes, es un recurso para crear efectos interesantes.
En general, emplearemos luz suave, evitando el deslumbramiento o la falta de luz, lo que provoca fatiga visual. Es imprescindible que las zonas de tránsito estén suficientemente iluminadas, para evitar accidentes.
Para destacar zonas en particular, emplearemos diversos recursos técnicos, al igual que para distribuir la iluminación de las áreas de trabajo, o de lectura.
Las luces suaves mueven al descanso y al sueño, mientras que las luces intensas, favorecen la actividad. Pero un exceso de luz, puede provocar deslumbramiento y fatiga, lo cual tiene repercusiones físicas negativas, como dolor de vista, de cabeza, entre otros malestares. Este exceso puede tener distintos motivos, el mal emplazamiento de las luminarias, el contraste entre luces y sombras, el uso de focos muy potentes para el espacio en que se encuentran.
La luz cálida es confortable, las luces frías son tranquilizantes.
El uso de iluminación interior central como única fuente en una habitación, empobrece el resultado, ya que la variedad permite ambientar una misma estancia para varios usos.
Las luces laterales, permiten focalizar zonas de interés o difundir la luz de manera más tenue por los ambientes, lo cual crea atmósferas intimistas y de sosiego.

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