La decoración exterior es uno de los campos en donde muchas personas sugieren interesantes patrones de adecuación para que el frente de sus hogares se vea de una manera eminentemente distinta, y los caminos de piedra caben muy bien dentro de este concepto. Enlozados, despegados, rectos, curvos, clásicos o modernistas, cortos o largos, estos son algunas de las referencias que más aprecian determinadas personas tanto por su aspecto que sin duda raya en lo clásico pero que presta una gran colaboración en cuanto a la conformación de una manera original de ver o de adecuar la parte delantera o la fachada de una casa.
Complementario a la idea anterior, se puede deducir que los caminos de piedra requieren de unas adaptaciones especiales para que puedan conformarse sin mayor problema dentro de las estructuras básicas que imponen sus características únicas, algo que es totalmente cierto para que su look no se vea alterado negativamente por otros accesorios o por condiciones particulares. En primer lugar, los caminos de piedra deben de contar con la anchura necesaria para que logren ser conformados de forma organizada, más cuando se trata de un espacio muy pequeño en donde quiera adaptarse este tipo de vía especialmente diferente y especial.
Segundo; la conformación y el color del material pétreo no debe obedecer a fórmulas caprichosas, sino que debe entenderse todo el ambiente circundante como una composición organizada que va a lograr armonizar convenientemente al camino de piedra, y de esta forma asegurar que toda la vista se vea lo más esplendorosa posible y no haya lugar a confusiones. Tercero, hay que tener especial esmero en que las piedras no deben tener bordes filosos ni ser de un aspecto demasiado rugoso, a menos que sean hechas de ciertos materiales que les den la apariencia de porosidad, porque así en caso de que se quiera andar descalzo sobre su estructura no habrá inconvenientes en cuanto a lastimaduras y similares.
Y cuarto y no menos importante: hay que saber definir la estructura del camino conforme a las posibilidades que ofrezca el espacio en donde se va a construir, pues es claro que no podemos hacer un camino de piedra ampuloso dentro de un antejardín relativamente pequeño, y tampoco tratar de desarrollar lo contrario. Vale la pena en este caso contar con la colaboración de un decorador o experto en adecuaciones que nos sugiera finalmente cuál es la forma más apropiada para poder efectuar la idea de nuestro camino de piedra.
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